¿Alguna vez te ha pasado que hay una persona que te cae mal y ni tu mismo sabes por qué? Puedes admitirlo, a todos nos ha pasado, y no eres mala persona por ello, de hecho tiene una explicación con nombre propio: la ley del espejo. A continuación te explicamos a que se refiere, para hacerte sentir un poco mejor y lograr entenderte.
La ley del espejo nace del libro “La Ley del Espejo” escrito por Yoshinori Noguchi. El autor pretende situarnos delante de un espejo para enfrentarnos con el interior de nosotros mismos, el cual determina todo lo que nos sucede en la vida. Para ello presenta esta herramienta de autoconocimiento e introspección, la cual establece que todas las circunstancias externas de nuestra vida son un reflejo de nuestro interior. Es decir, los problemas que tenemos con los demás y nuestros pensamientos negativos hacia ellos, son un reflejo de nuestros conflictos internos.
De esta manera, tanto los rasgos negativos como los positivos que nos llaman la atención de otras personas, son rasgos que habitan en nosotros. Y aunque esta ley es conocida con este nombre desde hace relativamente poco, se lleva estudiando desde hace mucho tiempo. Como estableció el psicoanalista Sigmund Freud, se trata de “un mecanismo de defensa mediante el cual atribuimos a los demás aquellos rasgos de nuestra personalidad que no queremos ver ni reconocer en nosotros por resultarnos dolorosos e inaceptables”.


Identificar qué nos molesta o nos gusta de los demás y de dónde viene nos da muchas pistas de lo que somos y de las heridas que arrastramos. Por ello, debemos someter todos estos sentimientos que tenemos en nuestro interior a examen, y preguntarnos: ¿Por qué no reaccionamos ante una situación de la misma forma con todo el mundo? ¿Por qué no aguanto ciertos comportamientos en una persona y en otras si? ¿Por qué un simple ¨hola¨ es capaz de irritarme?
De esta manera nuestras relaciones personales mejoraran y seremos capaces de sanar vínculos en los que era necesario trabajar. Además, en consecuencia sanaremos muchas otras cosas con nosotros mismos, rasgos de nuestra personalidad que nos pesan más de lo que éramos conscientes, traumas que no sabíamos que formaban parte de nosotros…
Las 4 leyes del espejo
Esta ley no se queda ahí, si no que se divide en 4 leyes muy sencillas, con las que apoya su argumento:
- Primera ley: todo lo que me molesta, irrita, enfada y quiera cambiar del otro, está dentro de mi.
- Segunda ley: todo lo que critica y juzga de mi la otra persona, si me molesta o me hace daño, está reprimido en mi y me toca trabajarlo.
- Tercera ley: todo lo que el otro critica o juzga de mi, sin que a mi me afecte, le pertenece a el
- Cuarta ley: todo lo que me gusta del otro y amo de él, también esta dentro de mi. reconozco mis cualidades en el otro.
Saber perdonar
Yoshinori Noguchi, en su libro, presta especial importancia al perdón, y es que para poner en práctica la ley del espejo y trabajar en la relación contigo mismo y con los demás, es fundamental SABER PERDONAR, al resto y a ti mismo.
Perdonar puede ser la parte más complicada de todo el proceso. Para ello, Yoshinori Noguchi (autor del libro ”La Ley del Espejo”) establece una serie de pasos:
1) Perdónate a ti: esto conlleva aceptarte tal y como eres y vivir en paz con tu propia presencia.
2) Haz una lista con las personas a las que se te complica perdonar: esto te ayudará a ser consciente de que tienes asuntos pendientes con ciertas personas.
3) Expresa tus sentimientos en un papel: Yoshinori Noguchi da mucha importancia a la escritura, ya que a través de ella podemos liberar emociones reprimidas.
4) Busca los motivos que no te permiten perdonar: así puedes entrenar la empatía y lograr entender tus sentimientos.
5) Escribe aquello que puedas agradecer a esa persona: este paso te enseña a reforzar las cosas positivas y a pasar página.
6) Por último, utiliza afirmaciones simples para ayudarte en el proceso: por ejemplo, un simple “te perdono”.
Sea como sea, conocer la ley del espejo nos ayuda a conocernos más a nosotros mismos, ser consciente de las cosas que debemos sanar en nuestro interior, eliminar el rencor de nuestras vidas, dejar atrás sentimientos negativos hacía los demás, y mejorar nuestras relaciones con las personas que nos rodean.
No olvides que lo que llevas dentro es lo que proyectas. Y a todos nos gusta rodearnos de personas que proyectan cosas bonitas y alegría allá por donde van. Entonces, ¿a que esperas para ser una de esas personas que irradian luz fuera y dentro de ellas?