Propósito vital: Del enfoque terapéutico a un estilo de vida
“Quien tiene un por qué para vivir puede soportar casi cualquier cómo”. Ya lo decía la tan
citada frase de Nietzsche y que el psiquiatra y neurólogo Viktor Frankl, autor del libro “El
hombre en busca de sentido” utilizó como enfoque terapéutico después de sobrevivir en los
campos de concentración nazis de la II Guerra Mundial. El Doctor Frankl, cuando alguien le
exponía su catálogo de calamidades, lo desafiaba con la pregunta: ¿y usted por qué no se
suicida?. En esa respuesta, sus pacientes encontraban la semilla de su propósito vital.
-Tener una tarea significativa en la vida puede ejercer como salvavidas de nuestro propio naufragio-.
Los habitantes del pueblecito rural de Ogimi (Okinawa, Japón) lo saben bien y lo han hecho
su estilo de vida. Este lugar es conocido como “la aldea de los centenarios” pues tienen el
récord Guiness de longevidad. Su clave: seguir una filosofía de vida IKIGAI. Este término
está compuesto de 2 palabras japonesas: IKI (vivir) y GAI (razón, propósito). Por lo que
decimos que IKIGAI es tu razón de vivir, tu propósito vital, o lo que los japoneses
denominan la razón por la que te levantas cada mañana.
Según los japoneses, todo el mundo tiene un Ikigai. Algunos lo han encontrado y son
conscientes. Otros lo llevan dentro pero todavía lo están buscando.
El Ikigai está escondido en nuestro interior y requiere una exploración paciente y
autoconocimiento para llegar a lo más profundo de nuestro ser y encontrarlo.
Encontrar nuestro propósito vital nos ayuda a tener una vida más plena y coherente,
conectada con nuestros valores humanos y nuestra esencia.
El autoconocimiento nos favorece la toma de conciencia de nuestra situación actual, saber
lo que realmente deseamos. Seguir nuestro propósito nos hace convertirnos en dueños de
nuestra vida: valientes y fieles a nosotros mismos.


¿Alguna vez te has parado a pensar si te gusta tu vida? ¿Estás donde debes o donde
quieres? ¿Qué es lo que te hace sentir pleno?
Hay momentos de decisiones vitales donde los bloqueos, incertidumbres y creencias
limitantes forman parte de nuestro día a día y entramos en bucle intentando sobrellevarlo de la mejor forma posible porque no nos han enseñado a conocernos realmente, a saber cuál es nuestra pasión, talento, virtud… o porque el piloto automático de vida no nos deja
espacio para saber realmente qué camino queremos.
Mi momento de inflexión y por lo que estoy aquí ocurrió en 2017 cuando tomé la decisión
más difícil de mi vida; abandonar mi proyecto de familia que siempre había soñado por ser
fiel a mi esencia. Hasta el momento de la decisión pasé un período de plena transformación
redefiniendo mis valores, prioridades, creencias y miedos…hasta que me di cuenta que mi
mayor miedo era dejar de ser yo. Descubrir mi propósito me dio luz y fuerza para tomar la
decisión y hasta ahora siempre lo llevo conmigo en cualquier decisión importante y cada día que me levanto.
Pasé más de un año hasta que tomé la decisión pues no tenía herramientas y actuaba
desde el ego. Ahora puedo decir que fue el viaje espiritual más increíble que he hecho y que sigo haciendo, aprendiendo cada día y teniendo clara mi vocación de ayudar a las personas a conseguir una transformación que favorezca su bienestar mental.
Descubrir nuestro propósito es un viaje de autoconocimiento y la filosofía Ikigai dispone de
una herramienta sencilla, también llamada Ikigai, y tremendamente práctica que nos ayuda
a definir un autodiagnóstico. Se compone de 4 círculos interconectados entre sí para dar
respuesta a:
- Lo que amas realmente
- Aquello en lo que eres bueno
- Aquello por lo que pueden pagarte
- Aquello que el mundo necesita
Con estas respuestas llegará a tener sentido cuál es tu Pasión, Vocación, Profesión y
Misión. Y en el centro de todo estará tu ikigai o propósito vital.
Nuestro Ikigai puede ir evolucionando según nosotros vayamos evolucionando y está bien.
¿Y si no lo encuentro?
El propósito es más fuerte que la esperanza porque esta última sitúa el poder fuera de
nosotros. Podemos esperar a que la situación económica mejore o que aparezca la
persona que nos completará pero esto es una actitud pasiva. El propósito nos moviliza para
hacer lo que podamos con lo que tenemos.
El doctor Frankl decía que siempre tenemos un propósito aunque sea descubrir cuál es ese
propósito por prueba y error. Por lo tanto, si no tienes claro tu Ikigai sigue adelante con
actitud de explorador.
– A menudo el propósito de la vida se desvela viviendo –
Busca aquello que da sentido a tu vida. El propósito de tu vida no es ser feliz. La felicidad es
una consecuencia. El verdadero propósito eres tú y lo que quieras hacer con tu vida.
¿Te gustaría saber más sobre el estilo de vida ikigai? Existen varias leyes para vivir una vida plena y en coherencia. Te animo a conocerlas más en profundidad en mis vídeos y plantillas en Typ Program.
Gracias por leerme hasta aquí y recuerda: hay 2 momentos clave en la vida: el día que
naces y el día en el que descubres para qué.
Laura Santamaria
@laurasantamariacoach