En nuestra cultura, la Navidad se entiende como esa época del año en la que todo el mundo debe ser feliz, transmitir alegría y sentirse relajado. Sin embargo, no siempre es así.
A veces, disfrutar de la Navidad puede resultar complicado. Hacer frente a numerosas celebraciones y compromisos, echar de menos a personas queridas o acordarnos de personas a las que echamos de menos, gastos constantes… Y más situaciones que no te lo ponen nada fácil.
Por eso, queremos darte 8 consejos para cuidar de ti al mismo tiempo que disfrutas durante estas fechas. No te pedimos que tengas que estar las 24 horas del día feliz, ni que de repente actúes como si todos tus problemas hubiesen desaparecido. No sirve de nada forzarte a estar de buen humor cuando eso no es lo que sientes, de hecho esconder emociones empeora cualquier situación, pero de eso hablaremos en uno de los puntos más adelante. Lo que pretendemos es que al menos intentes gestionar situaciones y pensamientos negativos y recuerdes estas Navidades como las Navidades en las que aprendiste a cuidar un poco mas de tu bienestar, a escucharte, y a aceptar tu situación tal y como es.


1. Trata de enfocarte en lo positivo.
- Sabemos que no es tan fácil como parece, y que requiere un gran trabajo. Pero eso no quiere decir que no sea posible. La realidad depende de los ojos con la que la miremos y de una misma realidad se pueden experimentar situaciones completamente diferentes dependiendo de la actitud que tengamos frente a ella. Pon tu foco de atención en las cosas positivas en lugar de centrarte en lo negativo, y verás como todo lo que te rodea cambia (para ti). Al prestar más atención en los aspectos negativos de tu vida, tu mente no sabe ver más allá y se paraliza. Cambiar el enfoque nos acerca a nuestro bienestar.
2. Deja atrás la culpa.
- Culpa por comer más de la cuenta, culpa por comer ese dulce que no debía , culpa por beber una copa de más, culpa por dejar a un lado la rutina…
- Lo importante no es tanto lo que comemos si no cómo y con quién decidimos compartir esos momentos. Es normal comer más de lo habitual durante estas fechas, y no pasa nada por ello siempre que disfrutes haciéndolo. Vamos a enfocarnos en lo que realmente nos hace sentir bien para que la comida no sea un factor que nos preocupe más de la cuenta. Evita prohibirte alimentos y escucha a tu cuerpo. Cuando dejamos de restringirnos alimentos concretos, dejamos también la ansiedad y nos sentimos más capaces para decidir de una manera consciente cómo y cuándo los comeremos.
3. Acepta tu dolor.
- Permítete sentirte triste, angustiado, solo o cansado. Durante estos días recibimos muchos estímulos, los cuales nos generan emociones distintas que no son siempre fáciles de gestionar. Igual que vivirás momentos de felicidad, habrá otros no tan buenos y no por ello son menos válidos. Todas nuestras emociones merecen ser escuchadas y tratadas con atención. Cuando reprimes un sentimiento, este no desaparece, si no que se queda dentro de nosotros esperando a salir con aún más fuerza. Cada uno de esos sentimientos son piedras que estás cargando en tu mochila y que no te permiten caminar ligero. Reconócelas, acéptalas y suéltalas.
4. Pide ayuda.
- No dejes que el miedo o el orgullo afecten a tu bienestar. Muchas veces no llegamos a todo y eso no significa que no seamos capaces o que no valgamos para ello. Puede ser que simplemente no sea el momento adecuado, o que nos sintamos sin fuerzas por tener demasiadas cosas encima. Este es el momento perfecto para pedir ayuda. Además, así te sentirás escuchado y acompañado, y a veces eso es lo único que necesitamos.
5. Vive en el aquí y ahora
- Aprende a vivir en el presente y comprende que el pasado y el futuro son realidades imposibles de controlar. El presente es lo único que tenemos, y pasa sin que nos demos cuenta, evitemos desperdiciarlo. Nos pasamos la mayor parte del tiempo imaginándonos situaciones, las cuales muy pocas veces acaban sucediendo, en lugar de disfrutar de lo que tenemos en el momento. Agradece todo lo positivo que tienes en tu vida y disfruta de ello durante estás fechas. Manteniendo tu foco en el presente, te acercarás más a ti mismo y te dará una mayor sensación de equilibrio y paz interior. Puedes trabajar la atención plena en el ahora mediante actividades de tu día a día. Por ejemplo, cuando te duchas o cuando te estás de camino al trabajo.
6. Ayuda a los demás.
- Como hemos mencionado anteriormente, puede ser una época complicada para muchas personas. Pon de tu parte para hacer un poco más feliz a la gente que te rodea. Aporta palabras bonitas, conversaciones interesantes, ayuda a preparar comidas y cenas, a limpiar… Recuerda que son los pequeños detalles los que marcan la diferencia y que aunque a ti no te supongan un gran esfuerzo, esa persona te agradecerá el simple hecho de tener un gesto amable hacia el o ella.
- Conviértete en una persona vitamina, de esas a las que la gente le gusta tener cerca y disfrutar de su compañía.
7. Mantén tus buenos hábitos.
- Si eres una persona que se siente mejor manteniendo una rutina y horario en su día a día, no porque sea Navidad tienes que dejar de hacerlo. Es verdad que puede ser más complicado y convertirse en todo un reto seguir con tus hábitos con las numerosas celebraciones y compromisos de por medio, pero puedes adaptarlos a ese caos. Puede ser que en vez de poder realizar ejercicio 5 veces a la semana, solo tengas tiempo de hacerlo 3 días, y eso está bien. Ya verás cómo a la vuelta de las vacaciones cogerás tu rutina con más ganas que nunca.
8. Celebra.
- Celebra que estás vivo, celebra tus logros, celebra cada parte positiva de tu vida. Muchas veces estamos tan centrados en nuestras preocupaciones que se nos olvida todo lo bueno que tenemos alrededor.
Transmite buena energía a la gente que te rodea y contágiales alegría.
Decide lo que es importante para ti estás Navidades y lo que no. Cada persona es diferente y tiene distintas prioridades por eso es importante que seas consciente de cuales son las tuyas durante estas fechas. Escribe en tu diario cómo quieres que sean tus Navidades y 3 maneras de conseguirlo. Y recuerda, solo porque sea Navidad no tienes que sentirte feliz todo el tiempo. Permítete sentir todo tipo de emociones.